Los ciudadanos mayores y los inmigrantes en la Unión Europea quieren participar y contribuir a la vida de la comunidad con sus diversas habilidades, ideas y experiencias vividas. Este es el principal mensaje que se desprende de un proyecto participativo llevado a cabo con personas mayores residentes en Irlanda, Bulgaria, los Países Bajos y España, y migrantes de todas las edades procedentes de China, Turquía, Siria, Irak, Palestina, Marruecos, el Caribe, Surinam y Somalia.
Los reunieron cuatro organizaciones que trabajan con personas mayores en Irlanda, Bulgaria, los Países Bajos y España, en el marco del proyecto “Get Engaged for Europe”, financiado por el programa “Europe for Citizens”.
El proyecto comenzó con la organización asociada irlandesa Age & Opportunity, que desarrolló un curso de formación de formadores para compartir su experiencia y conocimientos en la formación para el compromiso cívico de las personas mayores. Una vez completada esta formación, los otros socios, Cruz Roja Búlgara, Gouden Dagen en los Países Bajos y la Fundación Albihar en España, se propusieron implicar a personas mayores de todas las culturas y llegar a los inmigrantes más jóvenes de sus comunidades.
España
La formadora Irene Santiago Trabado trabaja con los participantes en el curso para diseñar una ruta turística por Granada.
Cuarenta personas participaron en los talleres facilitados por la Fundación Albihar, entre ellas tres personas recién llegadas a Granada: Yadima Morales y Livays Alvarado, de Cuba, y Edith López, de Bolivia. Hasta que participaron en «Get Engaged for Europe» tuvieron dificultades para establecer contactos sociales en la ciudad. Junto con otros emigrantes latinoamericanos, se unieron a ciudadanos españoles para explorar temas como la participación ciudadana, el envejecimiento y la discriminación. Juntos idearon una actividad de grupo para fomentar la integración: la creación de una ruta turística intercultural e intergeneracional por el centro histórico de la ciudad a la que llamaron «Caminando entre Granada». La recorrieron juntos el último día del curso. Yadima, Livays y Edith, en particular, se sintieron útiles en su papel de codiseñadoras de la ruta y, por tanto, más integrados en la ciudad. Las amistades que hicieron en el curso continúan.
Países Bajos
Inmigrantes chinos en los Países Bajos comen juntos como parte de la serie de actos de Gouden Dagen, socio de Get Engaged for Europe.
Gouden Dagen, socio de Get Engaged for Europe, organizó una serie de encuentros en Utrecht y Rotterdam con migrantes mayores de Turquía, Marruecos, China y el Caribe, incluido Surinam. Más de 60 participantes en total se reunieron para disfrutar de una comida comunitaria y hablar de los aspectos positivos y negativos de su vida en los Países Bajos. A través del debate se dieron cuenta de que tenían mucho en común, y de que sus necesidades eran necesidades compartidas. Aunque intentaron centrarse en los aspectos positivos de su cultura y de la cultura holandesa, compartían algunos retos. Entre ellos, el hecho de que las casas particulares holandesas no estén diseñadas para acoger a familias numerosas, las barreras lingüísticas, los problemas con la tecnología digital y la falta de puntos de encuentro para charlar, cocinar y cultivar verduras. La soledad, la pobreza y la discriminación, especialmente para las mujeres mayores que llevan pañuelos en la cabeza, son frecuentes, al igual que la sensación de aislamiento.
Sin embargo, los migrantes de más edad suelen estar contentos con las posibilidades, la libertad y la tolerancia de los Países Bajos. Sienten curiosidad por la Unión Europea y están deseosos de aprender sobre ella y adquirir nuevos conocimientos. La falta de cursos educativos y de apoyo en sus lenguas maternas se identificó como una barrera clave para la integración.
Bulgaria
Migrantes y búlgaros del municipio de Harmanli, en la región de Hasskovo, de excursión a un yacimiento arqueológico local, Mezzek. Harmanli alberga el mayor campo de refugiados de Bulgaria.
Formadores de la Cruz Roja Búlgara facilitaron cuatro eventos con 60 personas mayores de Bulgaria y migrantes tanto jóvenes como mayores de Siria, Irak y Palestina.
Según los formularios de evaluación facilitados en búlgaro, árabe, inglés y farsi, los participantes afirmaron haberse beneficiado de la formación conociendo a gente nueva y cambiando su perspectiva sobre el envejecimiento. Se sentían motivados y creían más en sí mismos. También dijeron que pondrían en marcha juntos un proyecto comunitario.
Una formación reunió a refugiados y búlgaros en el municipio de Harmanli, en la región de Hasskovo, donde se encuentra el mayor campo de refugiados de Bulgaria. Los tres primeros días consistieron en talleres con presentaciones y trabajo en grupo. El último día, todos los participantes se unieron en una excursión a un yacimiento arqueológico local, Mezzek. Tuvieron la oportunidad de intercambiar puntos de vista sobre las formaciones y de debatir las ideas que ambos grupos tenían para futuros proyectos e iniciativas de compromiso civil. Compartieron sus diferentes culturas con debates sobre arte, historia y gastronomía.
Irlanda
En Irlanda, 54 personas, en su mayoría personas mayores irlandesas, participaron en talleres de ciudadanía activa organizados por Age & Opportunity en cuatro localidades. Se centraron en explorar el envejecimiento positivo, la creación de equipos, la colaboración y la selección, planificación y diseño de un proyecto que pudiera ponerse a prueba en su comunidad local.
En Dublín, ocho personas de distintas edades procedentes de Irlanda y Somalia se reunieron en cuatro sesiones, centradas en la creación de equipos y en explorar qué podían cambiar en su comunidad. Decidieron poner en marcha un proyecto titulado «Construyendo puentes», destinado a mejorar la integración y el entendimiento multiculturales. Juntos debatieron las similitudes y diferencias entre Irlanda y Somalia en cuanto a cultura, comida, sociedad, política, democracia y sistemas de votación, además de compartir algunos aperitivos irlandeses y somalíes.
Del tiempo que pasó el grupo surgieron varias propuestas, entre ellas la idea de iniciar una hora de juegos de mesa como forma de reunir a la gente. Quizá el resultado más tangible de los talleres fue que se hizo realidad el deseo de una mujer somalí de tener una máquina de coser. Un empleado del centro tenía una en el desván y se mostró encantado de donarla. Su plan es ayudar a las jóvenes somalíes a reparar su ropa y la de sus hijos mientras charlan con ellas y les informan sobre las clases de inglés y otros servicios disponibles.
El compromiso cívico nos beneficia a todos
El variado trabajo colaborativo y participativo de los socios de Get Engage for Europe con personas mayores de Bulgaria, Irlanda, Países Bajos y España y con inmigrantes de todas las edades de muchos países demuestra claramente que el compromiso cívico activo de las personas mayores de todas las culturas nos beneficia a todos. En palabras de un participante de Bulgaria: «Las personas mayores no deben dejar de soñar».
Get Engaged/Touchstone for Europe fue financiado por el programa Europe for Citizens